El confinamiento del fútbol sala bizkaino
No son tiempos buenos para hablar sobre la salud del fútbol sala bizkaino, y es que el
coronavirus ha centrado el pensamiento de seguidores, jugadores y entrenadores; y aunque el
ámbito deportivo queda un poco al margen en situaciones así, la incertidumbre sobre lo que
sucederá con las distintas competiciones es tema de conversación entre los que estamos
ligados a este deporte de una u otra manera.
Las cábalas sobre si se reiniciarán, cuando y en que condiciones son muchas, y van
desde la suspensión de la competición (teniéndose que decidir en tal caso como queda la
clasificación, ascensos y descensos, o incluso no computarse como una temporada disputada),
a la disputa de la misma hasta finalizar, sea cuando sea.
Esta última sin lugar a dudas sería la más justa deportivamente hablando, pero las
condiciones y fechas deberán estar bien estudiadas y consensuadas con los implicados (en la
medida de lo posible), para que nadie se vea perjudicado. Además, se deberá valorar las
consecuencias que acarrearía este hecho en las siguientes temporadas, tanto en lo económico
como en lo deportivo. Nos encontramos por tanto en una situación en la que el horizonte se
atisba muy incierto.
Pero no creo que sea este el verdadero confinamiento del futbol sala bizkaino, si bien
es el más literal que hemos vivido. Soy entrenador desde hace muchos años (unos titulado y
otros no), y desde mis inicios (quitando una temporada como segundo entrenador en Sestao),
he sumado a mi cargo de entrenador mi trabajo “en las oficinas” de mis distintos clubes. El por
qué de ese trabajo siempre ha sido tratar de hacer crecer con mi granito de arena los clubes
donde estaba, aunque ello lastrase de alguna manera lo que realmente me gustaba, entrenar.
Creo, que no es una situación única en el fútbol sala bizkaino, ni mucho menos, ya que son
unos pocos valientes los que tiran del carro en cada uno de los clubes de la provincia, como
tampoco son pocos los casos de clubes que han tenido que echar la persiana ante la soledad y
el desamparo de la gente que trabajaba por sacar a flote los distintos proyectos deportivos.
Y es ahí donde está la verdadera pandemia de este deporte en bizkaia, es ese el
verdadero problema que debemos analizar y solventar, ¿cuáles son las causas? y ¿cómo
hacerles frente?, sin buscar culpables, pero si soluciones, porque el coronavirus lo dejaremos
atrás, pero lo otro costará más.
Desde mi humilde perspectiva, y sin creer que estoy en posesión de la verdad única
(esto debería ser debate de una mesa redonda donde se sienten los que más influencia y
responsabilidad tienen en las decisiones que competen a este deporte), creo que el principal
problema es la falta de estructura y conocimientos de muchas de las directivas de nuestro
entorno, así como un cierto abandono por parte de quienes tienen la capacidad de cambiar
eso, desconozco si por falta de interés o por falta de intereses. Así, la mayoría de clubes
cuentan con pocos recursos económicos y humanos, y sobre todo, cuentan con muy pocas
herramientas para cambiarlo. La solución no es fácil, aunque me consta que hay gente que
trabajará para mejorarlo, gente que ama este deporte y que desde la unidad tratará de dotar
de herramientas para ver un fútbol sala bizkaino más fuerte y saludable que nunca.
Para terminar decir que el fútbol sala está plagado de generosidad, gente que trabaja
de forma desinteresada, sacrificando parte de su vida personal por su pasión y por quienes conellos la comparten, y aunque ni sean las 20:00, ni esto sea un balcón (o por lo menos no el mío
sino el de Tone), un aplauso por toda esa gente.
Mila esker Tone!!!!. Aupa Bizkaitar Areto Futbola!!!!
Iker Saenz.
Entrenador entre otros de Kurutziaga Durango,Sestao F.S. y Elorrioko Buskantza.